Siempre dibujo, por Ana Amorosino, 2012

Siempre dibujo. Creo que es por una necesidad.

Un escritor (más allá del género elegido) escribe, apela a la palabra. Cuando escribe cada letra, es un signo en particular,
cada una va detrás de la otra. En general cada palabra tiene un espacio separador, no se superponen.
Se respeta el renglón, la ortografía, la regla.

La poesía rompe con esto muchas veces.

Sitúo un lugar de inicio del dibujo en “eso “que se hace antes del aprendizaje de la lengua escrita.

Y mi dibujo en la tensión entre ese tiempo - espacio indeterminado y continuo, (donde lo más importante es el recorrido del lápiz)
y la regla instalada por el aprendizaje de la escritura.

En el dibujo es muy importante el trazo que marca y crea el espacio, que zigzaguea, que se desliza, se corta o se pierde,
donde la representación de un objeto o escena aparece por añadidura. No es sin la escritura pero tampoco con ella.

Berger dice del dibujo que no es una obra acabada, que atraviesa temas sin quedarse ahí. Lo llama piedra-pasadera.
Dice también, que es una obra privada, casi una autobiografía.

Dibujo en cuadernos página a página. En papeles sueltos y en rollos de papel. La línea a veces es tosca, tensa, otra sutil.
Casi una pulsación de la vida. A veces uso color.

Realizo los dibujos en general en dimensiones pequeñas, como anotaciones hechas a la ligera y en cualquier lugar.